Un lobo irrumpe en el hospital: una enfermera llora al ver lo que lleva en la boca

Parados al borde de un viejo y erosionado pozo, sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta. Algo había caído al pozo y los angustiosos ruidos procedían de sus profundidades. El lobo, con una mirada casi cómplice, insinuó que era allí donde quería que Katie y Peter prestaran su ayuda.

La boca del pozo se perfilaba como un agujero negro sin fondo dispuesto a engullirlos. Cuando Katie miró hacia abajo, el aire frío y húmedo del interior pareció pegarse a su piel. Aunque no podían ver nada, estaban seguros de que había algo allí porque podían oír sus extraños gritos de angustia.