Katie, con la respiración acelerada, contó rápidamente a Peter los extraordinarios sucesos de la noche. «Peter, un lobo salvaje me ha traído al bosque. Lleva algo consigo y no puedo dejarlo atrás» Hubo un breve silencio por parte de Peter, y Katie casi podía sentir que su preocupación iba en aumento.
«Katie, es estupendo que quieras ayudar, pero, por favor, ten cuidado», dijo. «Los animales salvajes pueden actuar de formas que no esperamos, y esto podría ser peligroso» El bosque que la rodeaba parecía amplificar el peso de las palabras de Peter, el susurro de las hojas y el ocasional ulular del búho se convertían en una sinfonía de advertencias de la naturaleza. Sin embargo, Katie se sentía tironeada entre querer ayudar y escuchar el sensato consejo de Peter..