Un lobo irrumpe en el hospital: una enfermera llora al ver lo que lleva en la boca

El lobo condujo rápidamente a Katie lejos del hospital y hacia el bosque. La sensación de urgencia se hizo más fuerte a su alrededor, haciendo que cada crujido de las hojas y cada lejano ulular de los búhos parecieran más intensos. La luz de la luna añadía al bosque una sensación misteriosa y ligeramente espeluznante. Katie sintió que tenía que confiar en el lobo, aunque todo se estaba volviendo más misterioso y un poco aterrador.

Con dedos temblorosos, Katie sacó su teléfono y marcó el número de Peter, un amable experto en animales. Cuando Peter contestó, su voz fue una presencia tranquilizadora en medio de toda la incertidumbre. «Katie, ¿qué pasa?», preguntó con auténtica preocupación en el tono.