Un piloto ve a su mujer en el avión, pero se da cuenta de un detalle desconcertante

Su corazón se acelera, la incredulidad ahoga sus palabras: «Esto no puede estar pasando», murmuró en silencio. «Es imposible» El mundo a su alrededor se detuvo; la charla de sus compañeros y el ruido de los pasajeros al embarcar se desvanecieron en la nada. Su atención se centró únicamente en ella.

Tenía los mismos ojos suaves, el mismo pelo alborotado e incluso sus gestos le resultaban familiares. Se le aceleró el pulso mientras seguía mirándola. Pero no podía ser real, ¿verdad? Tenía que ser una especie de ilusión surrealista y agridulce.