¿Qué le pasó a la chica que se quedó dormida en la playa?

Durante los días siguientes, Emily continuó recuperándose, siguiendo diligentemente el plan de tratamiento del médico. Una semana después de su terrible experiencia, Emily recibió el visto bueno para volver a casa. Sus padres, que no querían correr riesgos, se habían aprovisionado de cremas solares para protegerla en todo momento. Cuando entró por la puerta principal, sus padres la envolvieron en un cálido abrazo, con los ojos llenos de lágrimas de alivio y alegría.

Emily supo más tarde por qué el diagnóstico había conmocionado tanto a sus seres queridos. En la aterradora incertidumbre de aquellos primeros días, habían temido que algo mucho más siniestro hubiera causado la enfermedad de Emily. Pero, después de todo, sólo se trataba de una alergia grave. Su hija se había salvado del destino impensable que había rondado su imaginación. Ahora podían centrarse en proteger su futuro, no en desentrañar misterios del pasado.