¿Qué le pasó a la chica que se quedó dormida en la playa?

Le hicieron una prueba tras otra: muestras de sangre y tomografías computarizadas. Ella cooperó de buena gana, esperando respuestas. Sin embargo, los médicos no le daban ninguna, hablaban en una jerga médica que ella no entendía. Frustrada, Emily suplicó: «Por favor, ¿puede alguien explicarme qué está pasando?».

Un médico le cogió la mano, con expresión compasiva. «Aún no estamos seguros. Pero llegaremos al fondo del asunto, se lo prometo. Intenta descansar». Emily se echó hacia atrás, más asustada que nunca. El personal médico sospechaba claramente que le había ocurrido algo alarmante. ¿Pero qué? Estudió sus manos deformadas, sintiéndose atrapada en una pesadilla. Al menos ahora estaba rodeada de gente, en lugar de aquella playa fría y vacía. Pero nunca se había sentido tan sola y aterrorizada por lo que pudieran depararle los próximos días.