¡La foto perfecta de un fotógrafo de bodas lleva a un descubrimiento que lo cambia todo!

Repasó las fotos que había hecho hasta entonces: sonrisas sinceras, familiares con lágrimas en los ojos, niños juguetones bailando con esmoquin y vestidos de volantes. «Otra boda más», pensó, tratando de librarse de la ominosa sensación que se había enroscado en su conciencia como la hiedra.

Atrapado en esta turbulencia emocional, apenas se dio cuenta de que Anna se le acercaba hasta que la tuvo a un brazo de distancia. Su rostro estaba radiante, pero bajo su sonrisa radiante, percibió un destello de vulnerabilidad, imperceptible para cualquiera que no la observara tan de cerca como él.