Quería estar seguro de que ella estaba bien. Mirando el estado de la casa desde fuera, Sebastian se preguntaba a menudo si la chica estaría bien. Si sus padres cuidaban bien de ella, desde luego no lo hacían del patio
Después de un día conduciendo por la ruta de los novatos y saludando a la niña, a Sebastian le picó la curiosidad. No pudo resistirse a no saber nada de aquella casona ni de sus moradores. Así que hizo lo que haría cualquier buen policía y empezó a investigar.