Una chica de 18 años saluda a la policía todos los días – El día que no lo hace su instinto le dice que revise su casa

Sebastián era un policía de confianza y muy querido en la ciudad que llevaba en el cuerpo más de dos décadas. Se dedicaba a su trabajo, era respetado por sus compañeros y mantenía buenas relaciones con los lugareños a los que servía.

Mucha gente de la ciudad le llamaba héroe, y sus encuentros y su historial le habían proporcionado un buen currículum. Sebastián había trabajado duro en el cuerpo y había participado en muchas misiones peligrosas, pero ya había dejado atrás la mayor parte de eso.