Una chica de 18 años saluda a la policía todos los días – El día que no lo hace su instinto le dice que revise su casa

Con un fuerte suspiro, caminó hacia la casa. Cada paso le parecía una eternidad, mientras la duda lo carcomía. ¿Y si no pasaba nada? ¿Y si pasaba algo? Llegó a la puerta y llamó con el corazón palpitante.

Unos segundos después, la puerta se abrió y apareció un hombre alto, de barba desaliñada y expresión severa. Sólo su tamaño ya inquietaba a Sebastian. «¿Puedo ayudarle?», preguntó el hombre, con voz grave y ronca, midiendo a Sebastian.