Un oso saluda a su familia todas las mañanas y un día su padre descubre algo sorprendente

Sin embargo, Luka desechó sus preocupaciones con una inquietante despreocupación, mientras su mente se concentraba en el misterio del oso. Sabía que su casa no había desprendido ningún olor a comida que pudiera haber atraído al animal en los últimos días. Si el oso persistía en sus visitas a pesar de ello, tenía que haber una razón de peso. Luka, picado por la curiosidad, estaba decidido a descifrar este enigma.

Luka era consciente de que, para establecer un patrón, el comportamiento debía repetirse al menos tres veces. Así pues, decidió observar clandestinamente desde cerca de la puerta de cristal a la mañana siguiente, ocultando su plan a su mujer y sus hijos. Como si siguiera un guión, el oso negro hizo su aparición una vez más…