«Hola», le dijo, con voz ligera, mientras empezaba a escanear los artículos. Un pitido tras otro parecían resonar en los oídos de Jacob, cada uno de ellos un recordatorio del total que iba en aumento. La cajera se detuvo un momento y sus ojos se fijaron en la chaqueta de Jacob. Era una vieja chaqueta de camuflaje, deshilachada en los bordes, pero aún resistente.
«¿Serviste en el ejército?», preguntó, con un tono de curiosidad. Jacob levantó la vista, sorprendido por la pregunta. «Sí», respondió al cabo de un rato, con voz tranquila. «Hace mucho tiempo» Ella le dedicó una sonrisa sincera y sus manos se detuvieron brevemente sobre los objetos.