Un veterano visita a diario a una camarera en un pub: su último mensaje la deja llorando

Se sentó sola, repitiendo sus conversaciones en su mente, imaginando lo diferentes que podrían haber sido las cosas si lo hubieran sabido. Los clientes iban y venían, sus risas y charlas le parecían distantes y vacías.

Lo único que veía era el asiento vacío de enfrente, la ausencia del hombre que la había amado en silencio todas aquellas noches sin decir ni una palabra. Con el corazón encogido, Carla decidió que tenía que hacer algo.