Cada indicio y cada pista silenciosa solo hacían que Mindy estuviera más decidida a descubrir la verdad. Empezó a hacer planes, a buscar formas de entrar sin causar daños, e incluso pensó en pedir ayuda a otras personas.
Sus noches estaban llenas de sueños sobre el garaje, mientras que sus días transcurrían pensando obsesivamente en lo que podría esconderse dentro. Cada día, Mindy se sentía más atraída por el misterioso garaje.