A pesar de centrarse en el salón, el garaje consumía los pensamientos de Mindy. Sentía una creciente necesidad de descubrir lo que había dentro, y estaba decidida a encontrar la manera de entrar sin llamar la atención.
La antigua puerta del garaje parecía llamar a Mindy con un encanto silencioso. Su madera desgastada, con la pintura desconchada en parches, ocultaba misterios que la intrigaban cada vez que pisaba el camino de entrada del tío Greg.