A John se le encogió el corazón. Eso no sonaba nada bien. Cuando Emily llegó a casa esa semana, él le contó lo del correo electrónico, esperando comprensión. En lugar de eso, Emily se enfadó y le acusó de actuar a sus espaldas. John se quedó atónito ante su reacción.
Emily se sintió frustrada y se cruzó de brazos. «John, te estás obsesionando por nada. Caroline es sólo una niña y los niños se inventan amigos imaginarios todo el tiempo. Estás exagerando las cosas» Su voz era aguda, descartando por completo sus preocupaciones. «Déjalo estar»