Mientras volvía a casa esa noche, Amelia se cuestionó su decisión de probar las aplicaciones de citas. La experiencia le había dejado un mal sabor de boca, haciéndole preguntarse si estaba preparada para volver a exponerse. Se sintió desanimada y prometió tener más cuidado.
Pero entonces encontró el perfil de Jonathan. Sus intereses parecían genuinos y sus respuestas revelaban una personalidad reflexiva y atractiva. Hablaba de viajar, cocinar e incluso mencionaba sus libros favoritos. Por primera vez en semanas, Amelia sintió un destello de emoción. Acercó el dedo a la derecha.