Una mujer en una cita de Tinder se da cuenta demasiado tarde de que él no es quien dice ser

Las historias de Jonathan, aunque entretenidas, a veces carecían de coherencia. Hablaba de su trabajo en el mundo de las finanzas con pasión, pero cuando se le preguntaba por los detalles, sus respuestas se volvían vagas y cambiaba rápidamente de tema con una sonrisa encantadora que hacía difícil resistirse a seguir preguntando.

A medida que avanzaba la velada, el comportamiento de Jonathan cambiaba de forma sutil e inquietante. Se acercó demasiado y sus cumplidos empezaron a parecer demasiado premeditados. Amelia no le dio importancia y lo atribuyó a los nervios; tal vez Jonathan estaba tan ansioso por la cita como ella.