Una chica pilla a su padrastro con su amante en un café. En lugar de decírselo a mamá, ella hace algo mucho peor

Por un momento, Emily no supo qué pensar. Tal vez era inocente, se dijo a sí misma. Pero entonces recordó aquella mañana. Mark le había dicho a su madre que llegaría tarde a casa porque tenía sesiones consecutivas con sus clientes. Se le apretó el pecho. Esto no parecía trabajo.

Los ojos de Emily se quedaron clavados en ellos. Intentó encontrarle sentido a lo que estaba viendo, pero cuanto más los miraba, más difícil le resultaba negar lo que estaba ocurriendo. La forma en que se acercaban, sus risas cada vez más fuertes, como si el resto de la cafetería no existiera, era inconfundible.