Una chica pilla a su padrastro con su amante en un café. En lugar de decírselo a mamá, ella hace algo mucho peor

Mark subió al escenario con confianza, pronunciando un discurso pulido sobre su viaje y el impacto de su curso. El público estaba entregado, asintiendo a cada una de sus palabras. Luego, con una floritura, cogió el pendrive y lo conectó al proyector.

Lo que siguió fue un caos. En lugar de su presentación, la pantalla se iluminó con imágenes condenatorias: Mark besando a la mujer en el restaurante, cogidos de la mano en la cafetería y desapareciendo juntos en el hotel. El público jadeó y los murmullos se extendieron como un reguero de pólvora.