Los okupas ocupan la Casa del Soldado y aprenden una costosa lección

Dejando las maletas en la entrada, Vernon se preparó para cualquier imprevisto. Con cautela y preparación, se dirigió sigilosamente a la puerta principal, con los sentidos agudizados y alerta ante cualquier amenaza potencial que acechara en su casa.

Al observar el patio trasero, Vernon vio bolsas de basura y sus muebles esparcidos por el césped. Se acercó cautelosamente a la puerta principal y buscó las llaves debajo de la maceta, pero descubrió que no estaban. Este alarmante descubrimiento confirmó sus sospechas de que algo iba terriblemente mal.