una anciana de 87 años perdió los ahorros de toda su vida a manos de un estafador, pero no lo dejó escapar.

Se pidió a Danny y Alex que dirigieran una sesión de formación para los departamentos de policía de todo el estado, un testimonio de cómo su experiencia se había transformado en una poderosa fuerza para el cambio. Para Danny, lo que había empezado como una experiencia dolorosa se había convertido en una misión que sabía que formaría parte de él de por vida.

De vuelta en casa, el vínculo entre Danny y Marie seguía siendo tan inquebrantable como siempre. Una tarde, sentados juntos en el porche de su casa, tomaban el té escuchando los tranquilos sonidos del barrio que ambos amaban. Danny miró a Marie y percibió en su rostro una expresión de paz que hacía tiempo que no veía.