una anciana de 87 años perdió los ahorros de toda su vida a manos de un estafador, pero no lo dejó escapar.

Con el paso del tiempo, el shock de la estafa se convirtió en algo diferente: una determinación resistente. Danny siguió trabajando con Alex, no sólo para rastrear los fondos robados a su abuela, sino para descubrir la red más amplia responsable de estafas similares.

Junto con las fuerzas de seguridad locales, crearon un grupo de trabajo dedicado a las investigaciones antifraude, educando a otros agentes en las nuevas tácticas que los estafadores utilizaban para explotar a los ancianos. Danny se sintió profundamente realizado al saber que estaban dificultando que otros cayeran en la misma trampa.