una anciana de 87 años perdió los ahorros de toda su vida a manos de un estafador, pero no lo dejó escapar.

Pensó en su abuela, recordando su expresión llorosa mientras compartía su historia, y eso avivó su determinación. En cuanto los agentes recibieron la señal, entraron rodeando el edificio y abriendo las puertas en un ataque rápido y calculado.

Dentro, estalló el caos. Los estafadores se apresuraron a tirar ordenadores y teléfonos mientras intentaban destruir pruebas o huir. Algunos incluso intentaron huir por la parte trasera, pero fueron rápidamente interceptados por los agentes que esperaban. En cuestión de minutos, todo el edificio estaba asegurado y los estafadores esposados, con caras de derrota.