una anciana de 87 años perdió los ahorros de toda su vida a manos de un estafador, pero no lo dejó escapar.

Se arrodilló junto a ella y le cogió las manos temblorosas. «Siento mucho que te haya pasado esto» Marie soltó un pequeño sollozo, con la cabeza temblando de incredulidad. «Debería haberlo sabido. Debería haberme dado cuenta, no me sentía bien, pero estaba tan asustada», susurró, su voz quebrándose bajo el peso de sus emociones.

Ella miró a Danny, sus ojos buscando su algún tipo de consuelo. «Sólo quería ayudarte» Danny la abrazó con fuerza, rodeándola con sus brazos mientras lloraba. «No es culpa tuya, abuela. Estas personas son profesionales.