Suena el teléfono, rompiendo el silencio del salón de Marie. Marie lo cogió, con el corazón latiéndole con fuerza, cuando una voz desconocida se puso al teléfono. «Señora, soy el oficial Daniels del departamento de policía. Me temo que se trata de su nieto, Danny»
Marie se quedó sin aliento y su mente se aceleró. «¿Qué le ha pasado a Danny?», consiguió decir con la voz entrecortada. Las palabras del oficial fueron cortantes y frías. «Siento informarle de que lo han detenido. Necesita ayuda, dinero para pagar la fianza y salir esta noche»
Le temblaba la mano mientras agarraba el teléfono, apenas capaz de procesar lo que oía. Quería creer que era un error, una pesadilla de la que pronto despertaría. Pero la voz continuó, tranquila y urgente. «No tenemos mucho tiempo. ¿Puedes ayudarle?»