Dentro de la comisaría, Leah se encontró con un laberinto de procedimientos y normas. Navegó por un laberinto de formularios, zonas de espera y obstáculos burocráticos, frustrándose cada vez más a medida que los minutos se convertían en horas.
Los intentos de Leah por ver a Samuel encontraron resistencia a cada paso. Los funcionarios citaban normas y protocolos, poniendo a prueba su paciencia hasta el límite. Había obstáculos a cada paso, pero Leah no se amilanaba. Sabía que detrás de esas puertas cerradas, Samuel necesitaba desesperadamente su ayuda.