Abuela (72) da a luz. El médico le dice: «Se lo advertí», cuando vuelve con los resultados de las pruebas

Aquella tarde, después de otra prueba más, volvió a su habitación agotada, emocional y físicamente. Le dolían las piernas por la quietud, las costillas por el pánico. No habló. Se limitó a señalar la cama. La enfermera la ayudó a tumbarse y empezó a actualizar su expediente en la tableta de la cabecera.

Entonces sonó el teléfono en la cadera de la enfermera. La enfermera salió para atender la llamada y dejó el expediente abierto. Tula giró la cabeza. El informe estaba allí, resaltado en amarillo: Niveles de HCG anormalmente elevados. Le dio un vuelco el corazón. Parpadeó y volvió a leerlo. HCG. Se le helaron las manos. Algo iba muy, muy mal.