Abuela (72) da a luz. El médico le dice: «Se lo advertí», cuando vuelve con los resultados de las pruebas

Tula se sentó más erguida. Ashley se levantó de la silla. Ambas lo miraron expectantes. Pero el médico hizo una pausa. «Algunos de los resultados no son concluyentes», admitió, con los ojos fijos en el gráfico. «Hay anomalías que aún no comprendemos. Tendremos que hacer más pruebas» El aire abandonó la sala de inmediato.

Intercambiaron una mirada: sorpresa mezclada con inquietud. Aun así, asintieron. El médico era competente, reflexivo. Si decía que se necesitaban más pruebas, confiarían en él. Así que Tula volvió a ir: más extracciones de sangre, más escáneres, más susurros en voz baja entre enfermeras que no se daban cuenta de que ella aún podía oírlos desde su silla de ruedas.