La ecografía de una gorila embarazada revela un oscuro secreto

Los signos de angustia y malestar persistieron y empeoraron, lo que llevó a los otros cuidadores a preguntarse si se trataba de algo más grave. Lola dejó de comer, apenas podía moverse y sus ojos parecían angustiados. Ya no tenía energía para levantarse. Parecía enferma.

La observación del embarazo de Lola, antes rutinaria, se convirtió en una creciente sensación de urgencia. Las suposiciones iniciales de Tom se vieron eclipsadas por una creciente ansiedad a medida que la gente observaba el deterioro de su estado.