La ecografía de una gorila embarazada revela un oscuro secreto

Decidido a ganarse su confianza, el Dr. Gerard empezó a visitar el zoo dos veces al día. Se esforzaba por interactuar con los gorilas y les llevaba plátanos como golosinas. Este gesto de buena voluntad les ayudó a sentirse más seguros y poco a poco se sintieron más cómodos con él.

Sus esfuerzos constantes y el refuerzo positivo de darles plátanos ayudaron a conseguir su aceptación, allanando el camino para una evaluación más segura y eficaz del estado de Lola.