El Dr. Gerard, una figura incondicional en la comunidad con décadas de experiencia, era conocido por sus incansables esfuerzos en la conservación de los animales y su enfoque compasivo de la atención veterinaria.
Era una persona cuya opinión tenía mucho peso, y su implicación marcó un punto de inflexión. Al ver la imagen de Lola, la curiosidad inicial del Dr. Gerard se convirtió rápidamente en preocupación.