La madre de Lily había sido estabilizada y estaba en vías de recuperación. El médico explicó que Sarah había estado luchando contra unas náuseas matutinas intensas y una fatiga debilitante. Estos síntomas habían sido manejables en un principio, pero habían empeorado progresivamente, convirtiéndose en una crisis en toda regla.
La vida diaria de Sarah había sido una lucha constante contra las náuseas y un cansancio abrumador. Cada día parecía agotarla más y apenas podía realizar las tareas más sencillas.