Una chica llama al 911 y pide una pizza, la cara de los policías se pone pálida tras encontrar esto en su casa

Lily permaneció en silencio, limitándose a señalar hacia la cocina. Su rostro tranquilo no podía ocultar el miedo en sus ojos. Los oficiales, sintiendo su propia preocupación crecer, siguieron su mirada con creciente inquietud.

Jackson y Martinez se dirigieron con cuidado hacia la cocina. Cada paso que daban parecía ruidoso en el silencio, y cada crujido del suelo parecía amplificado. La casa estaba cargada de tensión, lo que les hacía sentirse más ansiosos a cada segundo que pasaba.