«Lily, ¿puedes contarme más cosas sobre tu mamá o tu papá? ¿Están allí contigo?» Preguntó Susan, con evidente preocupación. Hubo otra pausa, más larga esta vez. Cuando Lily volvió a hablar, su voz sonaba casi derrotada. «No sé… Sólo quiero mi pizza. Tengo mucha hambre»
«Te prometo que te traeré una pizza», dijo Susan. ¿Puedes decirme si conoces a alguien que viva cerca de ti? ¿Quizá alguien que pueda ayudarnos a encontrarte?» A Lily se le iluminó la voz y dijo: «¡Sí, señor Pepinillo!»