Su desorganización estaba enmascarada por un impulso feroz y una eficiencia brutal que lo convertían en un adversario formidable. La despiadada eficacia del líder pirata dejaba claro que el «Aura Luxe» estaba ahora en manos de un experimentado y peligroso cerebro criminal.
Mientras tanto, Ethan se refugió en la sala de control y siguió la evolución de la situación a través de las cámaras de vigilancia. Un destello de esperanza apareció cuando vio que los piratas empezaban a separarse, lo que podría suponer una oportunidad para un contraataque.