Ethan sabía que cada momento contaba y que las decisiones que tomara en los próximos minutos podrían determinar el desenlace de aquella terrible situación. Irrumpieron en los aposentos del capitán, sin aliento y con urgencia.
Ethan expuso rápidamente la grave situación, con voz firme y firme a pesar del caos. El capitán, un experimentado marino de rostro curtido y ojos afilados, asimiló la información con calma practicada.