La tripulación y los pasajeros, con los rostros marcados por el miedo, se movían caóticamente mientras la mente de Ethan se agitaba ante la gravedad de la situación. Cada esquina que doblaba le acercaba más al centro de mando, donde esperaba encontrar una estrategia para recuperar el control.
Sus pensamientos eran una tormenta de preocupación por Laura, que ahora estaba acurrucada en su camarote, y por la seguridad de todos a bordo. A cada segundo que pasaba, la peligrosa confrontación se hacía cada vez más grande, amenazando con engullirlos a todos.