Martin se recostó en su asiento, observando el paisaje que se desdibujaba. Estos momentos de tranquilidad eran la razón por la que amaba su trabajo: la monotonía era su zona de confort. Ethan ajustó el acelerador a su lado y ambos siguieron el ritmo familiar de una conversación ligera interrumpida por miradas ocasionales a los mandos.
«¿Crees que lloverá hoy? Preguntó Ethan, mirando por la ventanilla el cielo despejado. «Por ahora parece despejado», respondió Martin, encogiéndose ligeramente de hombros. «Pero nunca se sabe. Las tormentas de verano suelen sorprender» Ethan soltó una risita, recordando la implacable ola de calor del mes anterior.