Pensaban que robar un tren de mercancías sería fácil, pero un trabajador se interpuso en su camino.

El líder, sin embargo, mantenía la compostura y daba órdenes precisas para que el grupo avanzara con eficacia. A Martin se le revolvió el estómago mientras estudiaba la pantalla. «Están demasiado organizados», murmuró. «No será fácil»

Martin cambió los canales de CCTV, siguiendo los movimientos de Ethan. Ethan trabajaba furiosamente, derribando cajas, creando barricadas y esparciendo objetos sueltos para frenar a los ladrones. Cada retraso ganaba unos segundos preciosos, pero los ladrones no eran aficionados.