Un oso panda irrumpe en el hospital y una enfermera llora al ver lo que lleva en la boca

En ese momento de tranquilidad, Hana se dio cuenta de algo preocupante: el veterinario no sabía más que ella sobre la misteriosa criatura. Aun así, comprendió que la situación era grave, sobre todo cuando Hana le explicó cómo empeoraba el estado de la criatura. De repente, Hana se sobresaltó al oír el fuerte y triste rugido del oso panda. Su potente grito llenó la habitación, haciendo aún más evidente la urgencia del momento..

Hana sintió un escalofrío. Algo iba muy mal. El rugido era algo más que ruido; era un profundo grito de miedo y tristeza que resonó a su alrededor, dejándolo todo en silencio después. Allí de pie, entre el aroma estéril del hospital y los lejanos sonidos de actividad, Hana se dio cuenta de que estaba ocurriendo algo más de lo que pensó en un principio.