Charlotte pensó en el cuadro de la boda que él había pintado para ella hacía tanto tiempo y que aún colgaba en su casa. ¿Qué se había perdido? Volvió a mirar a Paul, pero antes de que pudiera seguir presionando, los ojos de Paul se cerraron lentamente mientras exhalaba un último aliento tembloroso. El monitor cardíaco se apagó con una terrible fatalidad.
Charlotte se quedó paralizada, atónita. Sin más, su marido se había ido, dejándola sola con más preguntas que respuestas. Su conmoción dio paso poco a poco a una determinación latente cuando estampó un beso en la frente sin vida de Paul. Tenía que saber la verdad.