Fue un día emotivo. Charlotte y sus dos hijos querían profundamente a Paul. Habían disfrutado juntos de años de felicidad, pero ahora esos momentos se veían amenazados por un final inminente. Sin que ellos lo supieran, Paul había guardado un secreto, un misterio entrelazado con un cuadro que le había regalado a Charlotte décadas atrás..
Charlotte sostuvo la mano de su marido hasta el final. Odiaba ver sufrir al amor de su vida, así que fue un alivio para ambos cuando el sufrimiento terminó. Pero aún así, algo dentro de ella esperaba poder mantenerlo en esta tierra.