Eddie había aprovechado la oportunidad para dar las gracias a Patrick personalmente, reconociendo lo mucho que su apoyo había significado para él durante un momento difícil. Al observar el sincero intercambio y la felicidad en el rostro de Patrick, Hayes sintió una profunda satisfacción.
La situación había pasado de ser un robo problemático a una oportunidad de redención y bondad. Hayes se sintió orgulloso de saber que había tomado una decisión moralmente correcta, que no sólo respetaba la ley, sino que también fomentaba la comprensión y la buena voluntad. Fue un momento que recordaría con orgullo, sabiendo que había hecho lo correcto y que había tenido un impacto positivo en todos los implicados.