El agente Hayes estudió los objetos con el ceño fruncido, su expresión reflejaba preocupación y perplejidad. Patrick y él se acercaron a Eddie, que seguía sentado en el banco, y Hayes le preguntó: «¿Para qué son?»
Su tono era firme pero inquisitivo, ya que trataba de comprender el significado de estos objetos en relación con el robo. La pregunta quedó en el aire, indicando que los siguientes pasos dependerían de las respuestas que Eddie diera.