El agente Hayes condujo a Patrick a un rincón más tranquilo de la comisaría y le susurró algo al oído. La expresión de Patrick pasó de la curiosidad a la confusión, y luego a una profunda tristeza mientras procesaba la información.
Tras el breve intercambio, Hayes y Patrick se centraron en el contenido de la bolsa de Eddie y examinaron detenidamente cada uno de los objetos.