«Un bebé milagro», declaraban las letras en negrita del periódico local. Los reporteros de El Cuentacuentos se agolparon en el patio delantero de Elaine cuando volvieron del hospital. Los vecinos se asomaban a través de sus cortinas para no perderse ni un momento del espectáculo que se estaba desarrollando.
Pero no todos hablaban de milagros. «No es natural», murmuró George, el dueño de la tienda de comestibles del pueblo, de rostro severo, al pasar Elaine. Aunque la gente tenía opiniones divergentes sobre la situación, todo el pueblo sentía curiosidad: ¿cuál era la verdadera historia del recién nacido de Elaine, de 62 años?