Consultaron el historial y los datos de la cita de la clienta y encontraron su nombre: Amelia Brown. Con un sentimiento de urgencia, empezaron a buscar el perfil de Amelia en Internet, queriendo asegurarse de que no se trataba de una cuenta troll.
Al recorrer las redes sociales de Amelia, vieron numerosas publicaciones, fotos e interacciones que confirmaban que se trataba de una persona real. Sin embargo, Emma no sabía que estaba a punto de recibir una gran sorpresa.