Los ladrones atacan una casa de subastas, ¡pero no esperaban que lo hiciera la guardia nocturna!

Imaginó su aspecto, saliendo corriendo a mitad del bocado como si se hubiera transformado en un improbable héroe de acción. Se acomodó en su asiento, cogió la hamburguesa y saboreó el aplazado bocado de la victoria. Mientras masticaba, echó un vistazo por la ventana y su mirada volvió a la silenciosa silueta de la casa de subastas.

La casa de subastas volvería a su tranquila rutina mañana, con los artefactos intactos tras el cristal. Pero de algún modo, Henry sabía que vigilaría más de cerca, quizá incluso comprobando el perímetro un par de veces más en cada turno. El trabajo podía parecer rutinario antes, pero esta noche había cambiado las cosas.