Siguió a un elefante hasta el bosque, pero no tenía ni idea de que acabaría así.

Amara se registró en el tranquilo complejo situado en el límite de la selva, con la emoción a flor de piel al pensar en la aventura que le esperaba. Había venido aquí para experimentar la naturaleza como nunca antes, para adentrarse en un mundo que sólo había visto en documentales y sobre el que sólo había leído en guías de viaje.

El safari por la selva era la forma más segura de acercarse a la naturaleza y ver a los animales en su hábitat natural. Se apuntó a la excursión y se dejó llevar por el sueño, ansiosa por lo que le depararía la mañana.